El pasado 25 de Julio, laquemesoporta y yo hicimos 21 años juntos y todo empezó en una tierra muy, muy lejana y muy muy verde.
Por fin he llegado. Creí que no recordaría el camino, aunque esto ha cambiado mucho el viejo edificio sigue estando ahí, esperando a aquellos que lo buscan, entre el paseo marítimo y la calle Strand Road, se levanta cual viejo mascarón entre la niebla.
Hace más de 20 años que no pasaba por aquí y todo me trae viejos recuerdos que cual perezosos fantasmas se van quitando el polvo de encima.
Bueno, llegó la hora y es mejor no demorar lo indemorable no? Subo los gastados escalones de la entrada, mientras sus puertas rojas se abren para dejarme pasar a un entresijo de pasillos y despachos, tan viejos como el aire que respiramos.
Busco la oficina en el directorio y espero no equivocarme de número...
Entro en el despacho, una vez uno está dentro se da cuenta que es más grande de lo que parece. En las paredes estantes y estantes llenos de viejos tomos de páginas que año tras año van amarilleando. Justo en el centro está El, detrás de un viejo escritorio. Es increíble que siga ahí y sobre todo que siga estando igual que hace 20 años...
lobo: buenos días.
Hombre de la ventanilla (a partir de ahora lo llamaremos HV): buenos días. ¿Qué desea?
Lobo: pues verá; hace 21 estuve por aquí para firmar un contrato de permanencia con mi pareja...
HV: ajam...si, creo que le recuerdo...¿tenía más pelo no?
Lobo: que detallista es usted, efectivamente algo más de pelo es posible que tuviera.
HV: no sea modesto. Bueno y no me diga más, viene usted a cancelarlo...
Lobo: ¿cancelar?¿el qué? vale, me ha pillado fuera de juego
HV: pues qué va a ser hombre, EL CONTRATO!
Lobo: ah! pues no, no venía yo a eso.
HV: jejeje, ya decía yo. Sabe, yo nunca me equivoco...
Lobo: ya veo que en esta oficina la modestia no se deja ver demasiado.
HV: la modestia sólo es para aquellos que no tienen nada que enseñar Sr. Lobo. Y dígame, ¿qué tal le ha ido desde entonces?
Lobo: la verdad es que no puedo quejarme, incluso a pesar de los imprevistos y de aquello que nos ha pasado que no tenía ni idea que iba a suceder. Ha habido días felices, otros no tanto, pero creo que ha merecido la pena cada segundo.
HV: ya. Suele pasar cuando no nos leemos la letra pequeña, sobre todo donde pone que "no se asegura un 100% de días felices". Pero siga, siga.
Lobo: bueno al final nos casamos por la iglesia, quien lo hubiera dicho.
HV: veo que tampoco se leyó los anexos, sobre todo el de BBC - Bodas Bautizos y Comuniones. Pasos obligados Art. 2367H
Lobo: humm, ¿seguro que venía en el contrato?
HV: puede verlo usted mismo, lo tengo justo aquí. Un momento que le quito el polvo.
-sopla y levanta una nube de polvo que a punto está de mandarme al hospital-
Ve... aquí tenemos el anexo BBC, también el de "Supuestos elementales para el reparto de responsabilidades"
Lobo: estoo...
HV: me mira por encima de la montura de sus gafas- ya, no me diga más. Tampoco se lo leyó.
Lobo: no.
HV: -sigue pasando hojas- y aquí tenemos mi favorito, el que nadie se lee, "Anexo 23: Los hijos"
Lobo: ese me lo leí por encima, la que no se lo leyó fue ella -le digo con un guiño-
HV: jejeje, si se lo leyó, le puso un par de claúsulas y hasta quiso renegociar las condiciones!
Lobo: me lo creo.
HV: y qué me dice del anexo 24: Reparto de tareas domésticas.
Lobo: ese me lo había hecho firmar mi madre años atrás, así que me lo se de memoria. Pregunte, pregunte.
HV: no es menester de esta ventanilla examinarle, eso es en la segunda planta. ¿Se ha leído ya el último punto?
Lobo: ¿cual?
HV: el de envejecer juntos.
Lobo: mire, yo creo que teniendo en cuenta como me ha ido estos años sin haberme leído la mitad del contrato, creo que vamos a seguir igual.
HV: como usted quiera, pero le aseguro que es muy interesante. Entonces ¿desea renovar el contrato?
Lobo: bueno, si no hay inconveniente...
HV: bien, ¿desea añadir alguna claúsula al nuevo contrato?¿Un tele de 40"?¿un coche?¿sexo? -me dice mientras copia los datos para el nuevo contrato-
Lobo: sexo???
HV: me responde sin mirarme, quizás cansado ya de siempre contestar a las mismas preguntas- Si, es una claúsula bastante común entre la gente de su edad, la de querer mantener la pasión y esas cosas. Aunque tengo que advertirle que es una de las clausulas que más se incumple; por ambas partes...
Lobo: no, dejemos las cosas como están.
HV: bien. ¿Y que fecha de renovación quiere le ponga al nuevo contrato? -me dice mirando al sello y moviendo las ruedas de este
Lobo: ¿cuál es la fecha más alta a la que llega el sello? le digo mientras señalo su gastado y mellado estampador.
HV: me mira extrañado, cómo si nunca se hubiera hecho esa pregunta. Mira la base del sello y comienza a girar las ruedas..
2030...2100...3000..., lo hace con cuidado, año a año al principio, luego cuando quizás se ha asegurado de que nada se va a romper, lo hace avanzar más rápido... 4000...5000- La última fecha es el 31 de Diciembre del 9999
Lobo: bueno, pues esa misma.
HV: bien, parece que vamos a terminar nuestros contratos a la vez, -sonrie mientras estampa la fecha-. Ya sólo queda la firma
Lobo: perfecto ¿dónde?
HV: aquí, -señala con el dedo- donde pone "el enamorado"
HV: un momento que le doy su copia.
Lobo: déjela, nunca he necesitado esos papeles...
HV: ninguno de los dos, realmente...
Salgo de nuevo a la luz del sol, tras de mí, poco a poco, el viejo edificio que nació a la vez que el tiempo se va difuminando. Frente a mi, el mar. Un viejo sentado en una roca pesca con una vieja caña de sauce. Me siento cerca suyo, el sol está alto y el mar en calma. El viejo me mira y sonrie, ¿todo en orden Lobo?.
- Ahora si
- Bien, volvamos entonces. Y recogiendo sus aparejos el mar, las gaviotas y la brisa van dejando paso a las calles, edificios y ruidos de la gran ciudad
Sigamos caminando...
Por fin he llegado. Creí que no recordaría el camino, aunque esto ha cambiado mucho el viejo edificio sigue estando ahí, esperando a aquellos que lo buscan, entre el paseo marítimo y la calle Strand Road, se levanta cual viejo mascarón entre la niebla.
Hace más de 20 años que no pasaba por aquí y todo me trae viejos recuerdos que cual perezosos fantasmas se van quitando el polvo de encima.
Bueno, llegó la hora y es mejor no demorar lo indemorable no? Subo los gastados escalones de la entrada, mientras sus puertas rojas se abren para dejarme pasar a un entresijo de pasillos y despachos, tan viejos como el aire que respiramos.
Busco la oficina en el directorio y espero no equivocarme de número...
Entro en el despacho, una vez uno está dentro se da cuenta que es más grande de lo que parece. En las paredes estantes y estantes llenos de viejos tomos de páginas que año tras año van amarilleando. Justo en el centro está El, detrás de un viejo escritorio. Es increíble que siga ahí y sobre todo que siga estando igual que hace 20 años...
lobo: buenos días.
Hombre de la ventanilla (a partir de ahora lo llamaremos HV): buenos días. ¿Qué desea?
Lobo: pues verá; hace 21 estuve por aquí para firmar un contrato de permanencia con mi pareja...
HV: ajam...si, creo que le recuerdo...¿tenía más pelo no?
Lobo: que detallista es usted, efectivamente algo más de pelo es posible que tuviera.
HV: no sea modesto. Bueno y no me diga más, viene usted a cancelarlo...
Lobo: ¿cancelar?¿el qué? vale, me ha pillado fuera de juego
HV: pues qué va a ser hombre, EL CONTRATO!
Lobo: ah! pues no, no venía yo a eso.
HV: jejeje, ya decía yo. Sabe, yo nunca me equivoco...
Lobo: ya veo que en esta oficina la modestia no se deja ver demasiado.
HV: la modestia sólo es para aquellos que no tienen nada que enseñar Sr. Lobo. Y dígame, ¿qué tal le ha ido desde entonces?
Lobo: la verdad es que no puedo quejarme, incluso a pesar de los imprevistos y de aquello que nos ha pasado que no tenía ni idea que iba a suceder. Ha habido días felices, otros no tanto, pero creo que ha merecido la pena cada segundo.
HV: ya. Suele pasar cuando no nos leemos la letra pequeña, sobre todo donde pone que "no se asegura un 100% de días felices". Pero siga, siga.
Lobo: bueno al final nos casamos por la iglesia, quien lo hubiera dicho.
HV: veo que tampoco se leyó los anexos, sobre todo el de BBC - Bodas Bautizos y Comuniones. Pasos obligados Art. 2367H
Lobo: humm, ¿seguro que venía en el contrato?
HV: puede verlo usted mismo, lo tengo justo aquí. Un momento que le quito el polvo.
-sopla y levanta una nube de polvo que a punto está de mandarme al hospital-
Ve... aquí tenemos el anexo BBC, también el de "Supuestos elementales para el reparto de responsabilidades"
Lobo: estoo...
HV: me mira por encima de la montura de sus gafas- ya, no me diga más. Tampoco se lo leyó.
Lobo: no.
HV: -sigue pasando hojas- y aquí tenemos mi favorito, el que nadie se lee, "Anexo 23: Los hijos"
Lobo: ese me lo leí por encima, la que no se lo leyó fue ella -le digo con un guiño-
HV: jejeje, si se lo leyó, le puso un par de claúsulas y hasta quiso renegociar las condiciones!
Lobo: me lo creo.
HV: y qué me dice del anexo 24: Reparto de tareas domésticas.
Lobo: ese me lo había hecho firmar mi madre años atrás, así que me lo se de memoria. Pregunte, pregunte.
HV: no es menester de esta ventanilla examinarle, eso es en la segunda planta. ¿Se ha leído ya el último punto?
Lobo: ¿cual?
HV: el de envejecer juntos.
Lobo: mire, yo creo que teniendo en cuenta como me ha ido estos años sin haberme leído la mitad del contrato, creo que vamos a seguir igual.
HV: como usted quiera, pero le aseguro que es muy interesante. Entonces ¿desea renovar el contrato?
Lobo: bueno, si no hay inconveniente...
HV: bien, ¿desea añadir alguna claúsula al nuevo contrato?¿Un tele de 40"?¿un coche?¿sexo? -me dice mientras copia los datos para el nuevo contrato-
Lobo: sexo???
HV: me responde sin mirarme, quizás cansado ya de siempre contestar a las mismas preguntas- Si, es una claúsula bastante común entre la gente de su edad, la de querer mantener la pasión y esas cosas. Aunque tengo que advertirle que es una de las clausulas que más se incumple; por ambas partes...
Lobo: no, dejemos las cosas como están.
HV: bien. ¿Y que fecha de renovación quiere le ponga al nuevo contrato? -me dice mirando al sello y moviendo las ruedas de este
Lobo: ¿cuál es la fecha más alta a la que llega el sello? le digo mientras señalo su gastado y mellado estampador.
HV: me mira extrañado, cómo si nunca se hubiera hecho esa pregunta. Mira la base del sello y comienza a girar las ruedas..
2030...2100...3000..., lo hace con cuidado, año a año al principio, luego cuando quizás se ha asegurado de que nada se va a romper, lo hace avanzar más rápido... 4000...5000- La última fecha es el 31 de Diciembre del 9999
Lobo: bueno, pues esa misma.
HV: bien, parece que vamos a terminar nuestros contratos a la vez, -sonrie mientras estampa la fecha-. Ya sólo queda la firma
Lobo: perfecto ¿dónde?
HV: aquí, -señala con el dedo- donde pone "el enamorado"
HV: un momento que le doy su copia.
Lobo: déjela, nunca he necesitado esos papeles...
HV: ninguno de los dos, realmente...
Salgo de nuevo a la luz del sol, tras de mí, poco a poco, el viejo edificio que nació a la vez que el tiempo se va difuminando. Frente a mi, el mar. Un viejo sentado en una roca pesca con una vieja caña de sauce. Me siento cerca suyo, el sol está alto y el mar en calma. El viejo me mira y sonrie, ¿todo en orden Lobo?.
- Ahora si
- Bien, volvamos entonces. Y recogiendo sus aparejos el mar, las gaviotas y la brisa van dejando paso a las calles, edificios y ruidos de la gran ciudad
Sigamos caminando...
Y ahora a ver quien es la que aguanta los pies quietos