Crónica de un verano accidentado
23:44Tenía pensado haber escrito por Halloween, por eso de ser un zombi 2.0 más que regresaba de entre los muertos digitales, pero al final uno va posponiendo y posponiendo y al final este blog va a tener una frecuencia de entradas similar a la de cobros de un autónomo y eso no es plan.
Como diría mi amiga la pintxopeinetera "esto es una entrada de las que sacamos de muy adentro". Es el relato, tal cual, sin paños calientes ni morfina de lo que vivimos este verano en primera persona, esto no es un "me lo contó mi primo Juan", esto es lo que pasó una tarde de Agosto, 13 para ser exactos.
Han pasado ya varios meses desde que regresamos de las vacaciones, semanas desde que nos llevamos el susto de nuestras vidas y aún sigue ahí, acechando cual dementor, como un halcón observando su futura presa, listo para saltar sobre ella.
No creo que nunca se borre de mi retina esa imagen, sé que se ha quedado grabada ahí, en el fondo, como si la vida hubiera hecho pause durante el tiempo justo para quemar esa imagen en nuestra pantalla y ahora la veremos siempre de fondo. Es el recuerdo, una secuela de algo que puedo terminar realmente mal y que por suerte tuvo final feliz.
No se cuantas veces había leído artículos sobre el peligro del agua y los niños pequeños, incluso había escrito algún artículo hablando de ello y como supongo nos pasa a muchos, creemos que nunca nos va a suceder a nosotros. Pero la vida no juega con nuestras mismas reglas, ella usa las suyas y trae su propia baraja a la mesa y ese día la estadística resultó en un "ahora juegas tú" y entonces silencio por un instante, unas décimas de segundo, miradas, tu cabeza analizando la situación en cuestión de milésimas.
El resultado es claro, algo no está bien, en la escena que tienes ante tus ojos falta un actor principal, alguien no está donde debería. Y entonces saltas, saltas como nunca antes lo habías hecho. Una parte de tus pensamientos comienzan a trazar un esbozo de lo que será la próxima escena, la otra, lo niega y los aparta...hoy no, a él no. Pero sabes de sobra que es lo que te vas a encontrar, has oído a tu hijo mayor decir que su hermano ya sabe nadar...y sabes que no es cierto, nunca ha aprendido, sabes que si le sueltas se hunde y eso es justo lo que te encuentras, tu pequeño está en el fondo, tu mente hace la foto y la graba a fuego en lo más profundo de ti, en esa parte del alma donde se guardan los sentimientos más puros, los que cuando salen a la luz lo hacen atravesando todo tu ser.
Te tiras gritando para ti, "ya voy, ya estoy aquí, aguanta un poco más". Ya sale, lo tienes, has llegado hasta él...pero...pero no responde, no llora, ¿por qué no llora? !Tiene que estar asustado¡ Miras hacia el resto y les ves como si estuvieran lejos, oyes a su madre gritar, a la gente correr, un móvil...¿por qué no llora?...lo sabes de sobra, pero jamás has negado una evidencia de forma tan vehemente, en tu mente no cabe esa posibilidad, no vas a perderle, no puedes perder tu mundo, tu vida...tu pequeño.
Unas manos le recogen y lo dejan en tierra, comienzan las maniobras de reanimación, una...dos...tres...¡abre los ojos! ¡Ha vuelto! Vomita, le cojo, aún está muy desorientado y apenas tiene fuerzas, pero respira.
Tiene sueño y frío, procuro que no se duerma mientras llega la ambulancia. Pasa un rato y la ambulancia sigue sin aparecer, no encuentran donde estamos. ¡Y te cagas en quien tuvo la feliz idea de construir una idílica casa en una zona que ni sale en los mapas! Alguien sale a buscarles y aparecen al rato, enseguida le cogen, en sus caras la sorpresa...esta vez el niño está vivo, el alivio.
El oxígeno en sangre está bajo, hay que llevarlo al hospital. Cuando llegamos ya está bastante mejor aunque sigue apagado, llegan las placas, los intentos por ponerle una vía en urgencias, las miradas de la gente...esas miradas de otros padres que ves como agarran y acercan a sus hijos, como si quisieran asegurarse de que siguen ahí, con ellos.
Se tiene que quedar en observación, ahora el peligro es el ahogamiento secundario y si aparecen lesiones o infecciones en los pulmones. Le dejan dormir mientras preparan el traslado a planta. Ya en pediatría le vuelven a observar y le colocan una vía, esta vez sin demasiados problemas (es lo que tiene trabajar con niños de continuo) El sueño, el dolor y que todo el mundo le pregunte le está poniendo de muy mal humor.
Tras la exploración nos dicen que está bien, que no debía de llevar mucho tiempo en el agua (apenas unos segundos) que si hubiera llevado más tiempo nos hubiera costado mucho más recuperarle, que son cosas que pasan...que la semana pasada trajeron a una niña igual..que el verano...los niños...el agua.
Llegamos a la habitación y se duerme, esta vez durante un buen rato. Tiempo que nos da para q $laquenososporta y yo podamos quitarnos las caretas de "no ha pasado nada". Entonces te paras a pensar, piensas que no sé ni cómo ni cuando salieron el resto de niños que había en la piscina, que hay un niño de cuatro años que ha visto en crudo una escena que no debería nunca haber presenciado, que jamás habías sentido algo tan fuerte en tu vida, que te va a costar mucho digerir todo esto.
Cuando despierta es otro niño, los niveles de oxígeno se han recuperado y él ya se comporta como siempre, su sonrisa vuelve a iluminarlo todo de nuevo. Se ha ganado un pijama de dibujos y llevar una luz superchula en el dedo, un grifo en la muñeca, ah..y lo más importante..la tablet para él solo.
Su madre se quedo esa noche junto a él y durmió de un tirón (al pequeñoJ me refiero), a la mañana siguiente llega el alta, antibióticos por si las moscas y un niño que ha descubierto que le encantan los kiuguis (kiwis, es más complicado escribirlo que pronunciarlo) y que está deseando ver a su hermano de nuevo.
A la salida, la última revisión y de nuevo, el verano...los niños...el agua..son accidentes. No importa, nada puede quitarte esa sensación de encima, ese sentimiento de haber fallado; Racionalmente sabes que fue un accidente, estabas a menos de tres metros de él, donde se suponía que le oirías, donde le podíamos ver siempre y fallaste. Fallaste porque a veces la vida lleva mejor mano que la tuya. Menos mal que esta vez nos pilló con un par de ases en la manga.
Gracias a su tía (aka cuñaaaa) por no pensárselo dos veces y traerlo de vuelta, nunca podremos agradecértelo lo bastante.
Gracias a su madre que fue capaz de escuchar lo que ninguno oímos.
Gracias a Nacho por esa persecución de película (espero que no haya habido consecuencias).
Gracias al servicio de pediatría del Hospital Público de Motril por su trato.
Gracias a todos los que os preocupasteis y los que estuvisteis ahí, al otro lado del 2.0
Por favor tened cuidado, porque es cierto, SI que puede tocarte a ti.
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No quiero pensar que hubiese terminado de otra forma |
Foto candi
30 aullidos
Quizás sea este tu aullido más desgarrador. Lo leí a medida que lo tuiteabas y no me imaginaba estas palabras. Me alegro de que el cachorro esté bien y la manada perfecta. Un besazo!
ResponderEliminarAy, que me has hecho llorar. Me alegro de que todo saliera bien, al final. Casi me muero cuando lo leí en twitter.
ResponderEliminarqué duro!!! me alegro infinito de que todo acabara bien.
ResponderEliminarYa lo leí en su día por Twitter, madre mía menudo susto! Esos momentos de incertidumbre deben ser una pesadilla. Ningún padre o madre debería pasar por eso nunca; menos mal que acabó bien.
ResponderEliminarMira que ya sabia que había pasado, pero leerlo y ponerme en tu lugar ha sido......no tengo palabras para decirte lo muchísimo que me alegro. Otra vez.
ResponderEliminarCasi me ahogo del nudo que tengo ahora mismo leyéndote. Me alegra que no haya sido nada. Qué terrible.
ResponderEliminarAquí llorando Lobo y eso que sabía qué había pasado. Quítaos de encima esa sensación de haber fallado, no aporta nada y sólo martiriza. La paternidad es así de grave o de liviana, no le des más vueltas.
ResponderEliminarAcabó con una foto de un enano con una tableta. Como tenía que ser. Un abrazo enorme.
Vaya, un episodio así te cambia la vida. Me alegra mucho saber que todo ha salido bien, un saludo.
ResponderEliminaruff vaya sustazo, como os dijeron son cosas que pasan, pero mejor que no pasen la verdad. me alegro que se quedara en eso. besos
ResponderEliminarpadresenpañales.com
Muchos carińos, familia lobo.
ResponderEliminarY fuera culpas que de verdad, estas cosas ocurren y mil de ellas y tienes que estar como un rottweiller detrás de ellos.
Un abrazo para todos.
Buffff qué susto, menos mal que supisteis reaccionar a tiempo y se quedó en eso, un susto. Estas historias nos hacen pensar en cosas malas, en lo que podría haber pasado, no hay que darle más vueltas, no ha pasado y se recuperó de maravilla. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarTodo un episodio! Menos mal que se queda en eso, un susto que recordar, y asimilar. Espero no pasar nunca de esos microinfartos que tenemos cuando los perdemos de vista un segundo, y los vemos detrás nuestra al girarnos.Qué angustia.
ResponderEliminarUn abrazo a todos! ;)
Madre mía, no sigo demasiado Twitter y no me había enterado... Como madre es imposible no empatizar con cada una de tus palabras, sentir tu miedo, tu angustia... Se me saltan las lágrimas. No le tocaba irse todavía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Madre mía, no me había enterado!!! Menudo susto!!! Menos mal que el final fue feliz, me alegro mucho de que todo saliera bien!! Un abrazo!!
ResponderEliminarRecuerdo cuando te pregunté lo sucedido, y ya me encogiste el corazón, pero leerte ahora me has entrecortado hasta la respiración. Lo primero que hicimos al construir nuestra casa, fue ponerle una valla de más de metro y medio alrededor de la piscina, porque basta solo 2 segundos para que suceda alguna desgracia. Me alegro muchísimo que todo terminase bien. Un abrazo muy grande para ti y tu mujer, porque ese susto tiene que haceros temblar aún, y al enano... apuntadlo a natación!! ;)
ResponderEliminarPiel de gallina, compañero. Se quedó sólo en un susto, pero entiendo que ese susto os va a acompañar durante mucho tiempo. Es imposible que no sea así. Y es imposible no culparse, aunque ante estas jugadas de la vida uno tenga pocas cartas para seguir en la partida. ¡Ánimo y un abrazo!
ResponderEliminarEstoy llorando y eso que se que todo esta bien,porque lo hablamos por twitter ,comparto,no quiero imaginar la escena,no puedo,lo negaría,seria como una pesadilla,sois muy valientes,todos!!un beso grande
ResponderEliminarCon el nudo en la garganta me dejaste esta mañana cuando lo leí.. porque me es muy fácil ponerme en tu lugar, mucho..y sobre todo ponerme en lo peor.. es tremendo!
ResponderEliminarMe alegro infinito que todo haya quedado en un susto para todos, el que menos lo recordará seguro que será el pequeño J al menos de manera consciente, los demás, seguro que sacáis enseñanzas e incluso reflexiones y actitudes que os harán crecer . Un abrazo muy, muy gordo, amigo.
Ufff Qué decir... pues que la vida os ha regalado a vuestro pequeño dos veces! No puedo, ni quiero, imaginar lo que pasasteis y pasáis cada vez que recordáis el momento... me alegro mil de que sea una mala experiencia, con final feliz, que contar y se quede ahí. Y como te han dicho CULPABILIDAD CERO ninguno estamos libres de accidentes y a los papás nos deberían de dar con el carné de padres veinte pares de ojos más, con un par no es suficiente.
ResponderEliminarMe alegro infinito que todo esté bien.
Muero de pensarlo!!! Enhorabuena y respira!! Aire para todos!!
ResponderEliminarAmaya de lalibretadeamaya.blogspot.com
Yo llego a esto tarde pero con el corazón encogido. Enhorabuena por el final feliz. Todos podríamos haber estado en vuestro lugar.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Me alegro un montón de que la cosa quedara en un susto, y muchas gracias por hacernos pensar, porque, como suelen decir, "sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena"
ResponderEliminarAcabo de leerte... mudo... con lágrimas en los ojos... conmovido, afectado... que horror Lobo... como lo siento por todos vosotros... te imagino... te veo... os veo... y me salen más lágrimas... me lo tomo como un aviso... gracias por compartirlo... como me gustaría que más padres te leyesen.... Sobrecogedor Lobo, sobrecogedor... solo tengo ganas de darte un abrazo, de Lobo a Lobo
ResponderEliminarqué horror y qué angustia, y qué alegria que esté bien y haya quedado en un susto. Siempre ha sido mi terror, entre otros varios. En verano no dejo a mis terremotos cerca de una piscina sin manguitos (aunque no creo que sean salvavidas por si solos...y ambas van a clases aunque solo sea para que les enseñen a cerrar la boca cuando se caen) y me he tenido que aguantar frases de "déjala que no se va a caer y si se cae, somos muchos para sacarla" Leyendo tu post me quedo más tranquila de que si quiero, puedo estar ahi pegadita todo el dia, sin dejar que se acerque sola al agua.
ResponderEliminarNo me imagino esa imagen que tienes grabada, me ha quedado un nudo enorme en el estómago solo de leerte. Me alegro mucho que tu pequeño esté bien, qué bien que alguien supo hacer reanimación (yo por mucho curso que haya ido no sé si lo haría bien...)
un abrazo
He tardado en leerte y comentarte, mi nivel de hormonas no está para esto....estoy llorando sin que haya un mañana. Pensar que en esa misma montaña perdida pase mil veranos y también vino una ambulancia a socorrer al intrépido del aitona.
ResponderEliminarGran relato pero mejor sinonlo hubieras tenido que escribir
¡Ay que sufrimiento con solo leerte!, que mal lo debisteis pasar; y que bien me siento al saber cómo salió todo finalmente.
ResponderEliminarPara no olvidar, pero como comentas en algún lugar del relato, la vida a veces no cuenta con nosotros; pero incluso cuando pone ella las reglas, nuestra reacción es ¡tan determinante! ¿no?
Abrazos mil, es que no sé que más decir, estoy con el corazón un poco encogido.
Muacs.
Como todo lo que nos sale de muy adentro, esta entrada remueve y extenua a partes iguales...Me alegro de que al final todo saliera bien.
ResponderEliminarUf..qué dolor Lo más parecido lo sufrí yo cuando el de 7 tuvo su primera convulsión y perdió el conocimiento y al volver parecía un vgetal. Aún hoy siento sudor frío, náuseas y una angustia indescriptible.
ResponderEliminarNo puedo si quiera imaginar esos segundos de vuestra vida...
Como bien dices, todos lo sabemos pero te puede pasar a tí.
Un beso a toda esa familia
Papa lobo, antes te leía mucho y ahora apenas entro en blog .
ResponderEliminarHoy Vero trimadre ha rescatado esta entrada para facebook y madre mía, corta la respiración y es justo lo que dices tu : " no nos va a pasar a nosotros"
Nadie estamos libres :(
Lo mejor es que estáis los 4 y este año tr faltaran ojos para vigilarlos, espero que OS deje respirar esa sensación.
Besiños papa lobo
Por dios, por dios... Como dice Yaiza, lo leo recuperado... El otro dos rstaba en la playa. Olvidé los manguitos. Quedaros en la orilla. Se quedan. El rebufo de una ola de lleva un mellizo. Se hunde. Justo estoy mirando. Corro. Lo cojo. Llora. No ha pasado nada. Pero podría... Y si no hubiera estado atenta? Uf... Los pelos como escarpias.
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